En medio del proceso de diálogo entre el gobierno nacional y las Farc en la Habana, varios hechos de movilización social y política se han generado en país para blindar el proceso de paz, y además la exigir participación de diferentes sectores sociales en los acuerdos, por eso han venido planteando propuestas y acciones como el próximo Congreso de Paz.

 

Uno de los procesos más fuertes en este proceso de paz y que viene presionando para que los actores de la mesa no se levanten sin antes acordar un verdadero proceso de ponerle fin al conflicto armado. Son las organizaciones de las comunidades indígenas que viene exigiendo la desmilitarización de sus territorios por ser víctimas constantes del conflicto. En sus zonas las confrontaciones armadas han dejado muertos y desplazados de los pueblos indígenas. Por eso desde diferentes zonas de país delegaciones de los pueblos indígenas se reunieron en Medellín el 7 y 8 de abril para exigir ser parte del proceso de diálogo con las Farc.

Más de mil indígenas marcharon por las calles de la capital de Antioquía, en medio de la Minga Nacional Indígena por la Paz y la Reconciliación del país, ya que el “conflicto armado y los megaproyectos de alto impacto son factores estratégicos en la continuación del sistemático exterminio de los pueblos indígenas, que nos llevó a afirmar, como lo ha reconocido la Corte Constitucional, que dos terceras partes de los 102 pueblos indígenas de Colombia, se encuentran en grave amenaza de extinción física y cultural”.

 

El Cric ya había lanzado en diciembre del año pasado una agenda de paz de los pueblos indígenas en Piendamó. Manifestando que saludaban el proceso de diálogo, pero como víctimas y pueblos indígenas, no se sienten representados, ni por el gobierno y ni por la guerrilla en la mesa de la Habana. Como sostiene el líder indígena Feliciano Valencia, “Hay que sentarnos hablar de paz, “La paz no es sólo la dejación de armas, la paz tiene múltiples elementos que hay que empezar a poner sobre la mesa”.

Otros sectores

Una de las exigencias que vienen haciendo los sectores sociales es el cese al fuego de carácter inmediato por parte de las partes en conflicto, mientras se adelanta el proceso. Además que los acuerdos cuenten con la participación real de los pueblos indígenas y de la sociedad civil. Por eso el 9 abril también varios sectores, pero en especial el proceso de la Marcha Patriótica movilizó a las comunidades campesinas y delegado de organizaciones hasta Bogotá, se trató de la “Marcha por la Paz” con casi un millón de participantes.

De este proceso se reconoció la necesidad de paz y de respaldo a los diálogos de la Habana por parte del movimiento popular y social, así como la necesidad de brindar garantías para la participación política, “Buscamos que los diálogos de la Habana sean duraderos, y hasta que no se encuentre una solución verdadera estaremos en pie de lucha frente al proceso de paz”.

Se apróxima el congreso de paz

En Bogotá se desarrollará el Congreso de Paz, “Pueblos construyendo paz para la vida digna”, los días 19, 20, 21 y 22 de abril. Se trata de otro proceso de organizaciones sociales que hacen parte del Congreso de los Pueblo. Éste busca la construcción a de una propuesta de paz articulada a la base social y el trabajo de las organizaciones. Mandatar desde el pueblo es el fin de este proceso, por eso ya se han venido haciendo encuentros de paz locales y regionales para debatir y construir propuestas.

Entre los temas abordados predomina el uso de la tierra y el modelo político económico que enfrentan los territorios con la militarización y la economía extractiva, pues viene generando desplazamiento, despojos y violencia. Esto como parte de una agenda de construcción de paz marcada con la movilización, “se procura superar las causas que originaron el conflicto; la desigualdad, el hambre, la explotación, la guerra, la concentración de las fuentes de riqueza y los medios de producción en pocas manos”, sostuvo el vocero, Alberto Castilla. Además se escuchó una sentida necesidad que paz pase por la libertad de los hombres y mujeres presos políticos.