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Categoría: Reportajes
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Las universidades públicas en su política de autofinanciamiento y de la relación con los sectores privados, vienen ofreciendo servicios a favor del capital, sobre todo estableciendo convenios y contratos con transnacionales de proyectos extractivos mineros-energéticos que destruyen los territorios y despojando a las comunidades.  Este es el caso de la Usco, Universidad del Tolima y hasta La Nacional.

Emgesa es la multinacional que construye la controvertida hidroeléctrica El Quimbo en el Huila. Proyecto culpable  del desplazamientos de miles de familias a las que se les viene vulnerando sus derechos, los hechos protagonizados de desalojos  a los  pescadores en la zona son el reflejo de su grave impacto social y ambiental. Esta represa es un proyecto netamente privado, las ganancias no representa mayor beneficio al país, por el contrario se le entrega la propiedad del río Magdalena y la destrucción de tierras agrarias. Emgesa no ha cumplido con las obligaciones establecidas en la Licencia Ambiental en asuntos como la restitución de actividades económicas, prueba de esto es la responsabilidad Fiscal contra el Ministerio de Ambiente y la ANLA por detrimento patrimonial que supera los 352.000 millones de pesos, según la Contraloría por los daños ambientales y sociales causados por las obras de la presa. Entonces el papel fundamental de la Universidad pública de intervenir los problemas relevantes de la sociedad para beneficio de la comunidad, se ha venido reemplazando por el interés de beneficiar al capital corporativo como una política educativa nacional del conocimiento, la intervención e investigación a favor del modelo de desarrollo, en la que la Universidad es cómplice del despojo y explotación de los recursos naturales.

El caso de la Usco

A pesar de las graves denuncias que enfrenta el proyecto de El Quimbo, la Universidad Surcolombiana en Neiva, por medio de la Facultad de Ciencias Exactas y el decano, Rubén Dario Valbuena con el aval de la rectoría firmó un millonario convenio para beneficiar a Emgesa, ahondando la problemática que enfrenta la región surcolombiana. El convenio se trata de un estudio sobre pesquería, repoblamiento de peces y manejo de aguas sobre la presa. El decano resaltó el acercamiento de la empresa privada con la academia desde la relación que la construcción del embalse del Quimbo tiene con los recursos naturales, entre ellos los peces. La llamada alianza estratégica entre la Usco y la Emgesa, buscar conservar el recurso íctico (pez) del río Magdalena y pesquero de la Hidroeléctrica, apoyar la operación de las estaciones piscícolas y los proyectos de investigación de la biología de especies como el Capaz, Bocachico, Pataló que soportan las pesquerías en el río Magdalena. Pero además hay otro socio en dicho convenio, es una entidad llamada, La Coporación Centro de desarrollo Tecnoligíco Piscícola Surcolombiano, Acuapez que participara de los dos años de ejecución. Esta represa ya ha enfrentando varios oleadas de mortandad de peces, sobre todo al momento de desviar el cause del río.

El investigador de la Surcolombiana, Miller Dussán frente a la situación manifestó: "No sorprende la información, ni la gestión del Decano, teniendo en cuenta que Emgesa ha realizado varios intentos por vincular a la Usco para que sirva de "esquirol académico", contra la resistencia de Asoquimbo apoyada por estudiantes, docentes, movimientos sociales nacionales e internacionales, entre tantos, y le sirva de soporte para limpiar la deteriorada imagen de ecocida y destructora de la actividad productiva, los tejidos sociales, la seguridad alimentaria, la memoria histórica, los ecosistemas, el patrimonio nacional, en momentos en que la Contraloría General de la Nación afirma que Colombia está al borde de un desastre ambiental”

Para el Representante de los Estudiantes, Edwin Adrian Sanchez Obando esto evidencia que los postulados de una Universidad crítica han quedado en el papel para dar paso a una Alma Mater al servicio de la Locomotora minero-energética de Santos. Miller por su parte manifiesta, es un “negocio académico” que Emgesa pretende montar con el aval de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas que debió hace mucho tiempo dedicarse a proteger, a través de la investigación, el ambiente sano hoy destruido por la voracidad del capital”.

La Universidad de Tolima

En un convenio similar ya había participado la Universidad del Tolima, se trató del  estudio ecológico de fauna silvestre y flora en la zona de reubicación y adecuar los métodos para salvaguardar este recurso durante el aprovechamiento forestal del vaso del embalse. Este fue coordinado por el grupo de investigación del Estudio Ecológico de la Universidad del Tolima. Con lo que legitima la destrucción de los ecosistemas y la desapariciones de especies nativas por parte de Emgesa, para eso fue exclusivo el estudio sólo en dos áreas representativas por la presencia de bosque galería, bosque secundario y matorrales, como es el caso del sector de Tabor del municipio El Agrado y Ensillada del municipio de Paicol. En un año pretendieron desarrollar el estudio, sin cubrir todo los ecosistemas relevante de la zona y financiado por la transnacional; pero por ahora no se ha puesto en prueba ningún plan de protección ambiental.

Esta situación se suma al controversial convenio de contrato entre la Universidad del Tolima y la AngloGold Ashanti para llevar a cabo el monitoreo ambiental de la mina de oro La Colosa en Cajamarca, estudio ambiental que debía realizarse antes de la de la exploración, “ya habrán resultado en una reducción de la biodiversidad de la zona y en cambios sustanciales de las dinámicas etológicas”. Además se denunció una cláusula que no permite la libre divulgación de los resultados de la investigación, ”Esto va en contra de la ética de la investigación académica objetiva e independiente”.

Hasta La Nacional

La investigación de la Universidad Nacional también se ha puesto al servicio de Emgesa. El Grupo de Trabajo de Ingeniería Hidráulica y Ambiental, adscrito a la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional en Manizales, contribuye con el diseño, construcción y operación de un modelo hidráulico a escala reducida de la estructura conocida como vertedero de excesos en las obras de ingeniería civil que lo componen del embalse. Un estudio científico-técnico de los diseños establecidos por la consultora colombiana Ingetec S.A, En el desarrollo de las obras que tiene como función devolver las aguas sobrantes al río en temporada de lluvias alta. “El diseño del vertedero de excesos debe ser óptimo para evitar desastres de grandes proporciones, ante una eventual falla hidráulica”, afirmó el ingeniero Fernando Mejía Fernández, director del estudio que se lleva cabo en los laboratorios del campus Palogrande de la UN.

La Universidad Nacional contribuye al desarrollo de centrales hidroeléctricas, cuando bien se sabe que la energía generada por las hidroeléctricas, no es ni renovable, ni limpia y resulta costosa, “Causan grandes impactos sociales y ecológicos negativos”. El Laboratorio de Hidráulica, la Universidad Nacional de Colombia ha participado en los estudios para la construcción de la represa hidroeléctrica El Quimbo, planteando un segundo modelo hidráulico para este proyecto, solucionando la propuesta de la Investigación de la sede Manizales. En éste participan profesores como Fernando Mejía Fernández, ”se busca dar respuesta sobre los efectos adversos o negativos que podrían ocasionar las contracorrientes generadas en la ‘pata’ (punto extremo) de la presa por efectos del funcionamiento del vertedero, el cual descarga el exceso de agua del embalse”.

Otras relaciones con la educación

La relación Sena y Emgesa también es estrecha, tanto que el directo del Sena, Camilo Catrillón terminó como responsable de reasentamiento de El Quimbo y luego director del el proyecto. El Sena ha facilitado convenios con la multinacional para la estrategia de campo competitivo y la transformación del sector productivo, por medio de programas formativos  y el desarrollo productivo de afectados de la represa para legitimar la función social de la transnacional. “Mí un orgullo ser parte del Proyecto hidroeléctrico El Quimbo, con certeza la iniciativa más importante de nuestro Plan Regional de Competitividad”, sostuvo Castrillón.

La educación pública camina en la mercantilización de la educación, es decir en un mercado académico de demanda al servicio de capital financiero. Esto permite celebrar contratos con particulares- privados para el apoyo a la prestación, y el mejoramiento del servicio educativo y el desarrollo de proyectos de investigación, bajo la figura de proyectos productivos.

La investigación y su agenda desde políticas como Colciencia también aportar a los planes de capital corporativo desde su noción de Tecnología e Innovación; se trata la presencia de las Multinacionales ligado al crecimiento empresaria del desarrollo que pone la investigación en esa agenda del capitalismo, “Investigación de alto nivel impuesto por Colciencia, expropian la agenda investigativa y la ligan a proyectos productivos, intereses económicos financiados por empresas”. Muestra de eso fue el Congreso Internacional de Innovación financiado por Colciencia y en la que participaron empresario mineros en la idea de una alianza regional para la innovación, “Innovar es sinónimo de desarrollo”.

Por eso frente a la represa de Hidroituango por EPM, académicos instan en una carta a un debate amplio, “nos preguntamos sobre el papel que le corresponde desempeñar a la academia y a la universidad en el debate público sobre las consecuencias de los megaproyectos a nombre del interés general que traen un alto impacto y efectos lesivos; por eso como Universidad y el rol académico debe contribuir al aumento y difusión del conocimiento disponible, de modo tal que éste ayude a elevar la calidad de los debates públicos, y pueda ser utilizado por actores para dar solución a los problemas y necesidades sociales”.